martes, 2 de octubre de 2007

Basura

Hoy he ido a pasear a Denis, i si hubiese querido, habría podido dormir una siesta, en un colchón, un poco roñoso, pero un colchón. Si tuviera una batería, calentarme un vaso de leche, o mirar al Barça en una tele en blanco y negro, sentadita en una butaca de color verde oliva, como las que en los setenta teníamos todos en casa, en escay.
Que curioso, había restos de preservativos, latas de bebidas, pañuelos de papel, plásticos, todo un verdadero vertedero.
No voy a excusar a nadie, pero entiendo que hay gente cochina, por decirlo suavemente, que cuando va al bosque y tiene sed, luego no recoge la lata, sinó que la deja a la vista de todos los demás.
Pero encontrar una nevera, un microhondas, una lavadora, un colchón, un sofá, o el volante de un coche, es ya INDIGNANTE, has ido no a contemplar la naturaleza, has ido a desechar tus sobras, en un sitio apartado, solitario, dónde nadie te ha visto...
A mi no me gusta el paisaje natural, mezclado con nuestros desechos, prueba de ello son las colillas de mis cigarrillos, pasadas por la lavadora, una y otra vez.
No sé como se puede solucionar toda esta dejadez, quizás haciendo más hincapié, en los medios de comunicación, educando en las escuelas, y multando y vigilando nuestros parajes naturales, a los que nos gusta pasear en un bosque limpio, comer en él, y al acabar recoger y dejarlo igual que cómo nos gustó encontrarlos.

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